Una mañana desperté como al medio día, después de habermela pegado el día anterior; mi cara parecía de todo menos la cara de una princesa, el turronaso a licor....
Mi cuarto que siempre había estado súper ordenado, esa mañana estaba transformado, la cama destendida, la ropa sucia tirada en un rincón del cuarto, mi escritorio que solía ser mi lugar de trabajo se había convertido en un mueble multiusos, aparte de los portalápices, una alcancía, un portaretratos, un multipapeles, floders, libros y un cpu que siempre habían permanecido ahí, habían perdido su espacio original, un nuevo objeto había llegado hace algunos meses, el gran televisor de 21'' ocupaba un gran sitio en el escritorio.
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